El pasado 24 de Julio se presentó el proyecto del Monte de los árboles con nombre en el centro socio cultural San Roque de Nalda.
La asistencia fue muy alta y hubo gran interés por el proyecto que se empieza a concretar con la colaboración de los pobladores del municipio, que son quienes serán auténticos artífices y protagonistas de este proyecto.
Además se presentaron cuatro partes fundamentales del proyecto para ir concretando actuaciones:
La recuperación del monte de Nalda en todos sus sentidos, natural, patrimonial, cultural, paisajístico, a través de la reforestación y el cultivo de especies agrarias tradicionales para usos culturales a punto de desaparecer.
Mediante la reforestación con árboles micorrizados se tratará de aumentar la masa forestal del entorno y se generará empleo en la ejecución del proyecto, todo ello posibilitando la producción y valorización del suelo a largo plazo.
El proyecto lo motiva el deterioro que sufre el paisaje, la pérdida de identidad campesina y el abandono del monte y todos sus usos históricos, además de la lucha contra el cambio climático.
Un aspecto innovador del proyecto y que está logrando la implicación enorme de la población en él, es que las parcelas sobres las que se realizarán las actuaciones están siendo cedidas por los naldenses para un plazo determinado de tiempo.
Estas son algunas de las parcelas cedidas hasta el momento:
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Fincas cedidas para el proyecto |
Restauración de la
ermita de San Marcos con piedra, adobe y otras técnicas a partir de sus ruinas
La restauración de la ermita de
San Marcos es parte de la recuperación de patrimonio (en este caso no natural,
sino cultural y social) de Nalda y sus pobladores. Esta ermita ubicada en el
paraje de San Marcos a poca distancia del chorrón de San Marcos, es un elemento
muy significativo para la cultura, la tradición y la historia de Nalda.
Los vestigios de la ermita de San Marcos lo constituyen las ruinas de
la ermita del mismo nombre, cuya construcción se documenta a partir de 1664, en
un paraje donde anteriormente ya se hablaba de la de San Juan del Monte. Fue
construida, a instancias del obispado, por el maestro Francisco de Arbizu, tras
el concurso propuesto por el alcalde Pedro Castellano. Se dedicó al culto al
santo, pero siempre, con o sin pórtico, sirvió de refugio de labradores y
pastores naldenses.
La recuperación de las ruinas se propone como decisión popular con las
aportaciones de los vecinos y con fines sociales principalmente. Se planea que
será un posible refugio del fuerte calor en verano y de las tormentas y la
lluvia en otoño para ocasiones especiales como la Romería de San Marcos o la
limpieza del Río Torredano en vereda vecinal. Es decir, el uso de la ermita
sería de refugio ocasional en
momentos o actos tradicionales y culturales de Nalda.
El proyecto de recuperación del espacio también se ha adjuntado junto
con esta memoria y recoge la actuación y el protocolo de trabajo para la
recuperación de las ruinas con la mínima intervención e impacto posible. Al
mismo tiempo, esta intervención tratará de implicar al máximo a la población
naldense.
Ampliación del espacio de recogida de aguas de la
charca humedal del Torredano en San Marcos
En el paraje de
San Marcos, el río Torredano se abre paso entre la vegetación y en un punto a
la altura de la ermita más o menos, se embalsa agua de manera que se genera un
reservorio natural para la alimentación del riego de las huertas del Torredano
aguas abajo. Este reservorio a su vez es un lugar de alta densidad de
biodiversidad y de fuerte arraigo cultural y tradicional para los naldenses,
sobre todo en el ámbito de la cultura del agua y del riego a manta de los
campesinos.
La recuperación
del espacio bajo la visión de los más antiguos y sabios del municipio requiere
de la limpieza del lugar para volver a ver el curso de agua y el pequeño
embalse natural que se formaba como lo podían ver nuestros abuelos.
Inicialmente se propusieron actuaciones de todo tipo y con maquinaria, pero en
la gestación del proyecto global se ha ido considerando cada vez como más
importante la necesidad de actuar mínimamente para conseguir los mejores
resultados. Además esto mejora uno de los objetivos del proyecto que es el de
minimización de la huella de carbono de las actuaciones y permite la
incorporación de mano de obra a este tipo de labores.
Las actuaciones
propuestas inicialmente consisten en:
·
Entrada
hacia el río aguas arriba desde el paso al pinar que hay antes del salto del
río.
·
Limpieza
de vegetación muerta y ramas secas.
·
Retirada
de vegetación que se considere que afecta en gran medida al paso del agua.
·
Desde
arriba de la parcela, acondicionamiento de los terrapenes y limpieza de maleza para permitir el paso de
luz hacia abajo.
·
Desde
abajo, retirada de maleza que junto con las otras actuaciones permita mejorar
la entrada de luz al espacio.
·
Trabajos
de restauración paisajística y reforestación si es necesario en laderas.
·
Vallado
de seguridad con palos de madera.
Proyecto dentro de la
Red Natura 2000 y de lucha contra el cambio climático.
Dos de las apuestas fuertes del proyecto son:
1. Trabajar en la Red Natura 2000 como lugar para el desarrollo sustentable y
sostenible y ejemplo de uso racional de los recursos, la recuperación del
patrimonio y de la cultura y la puesta en valor de los saberes para avanzar
hacia el futuro.
Una de las parcelas de las que por el momento se han presentado al
proyecto corresponde a una zona de interés comunitario de interés alto. El
paraje es el Arca y para él se ha pensado en poner en marcha los
jardines de árboles potenciando el valor paisajístico de la finca y asegurando
la singularidad del espacio.
2. Luchar contra el cambio climático trabajando de otra forma, recurriendo a métodos y
prácticas manuales y tradicionales, incorporando sumideros de carbono naturales
como los árboles y primando el trabajo de las personas al de las máquinas.
En términos generales, se calcula que una hectárea de bosque original
o repoblado puede llegar fijar 20 toneladas de CO2 al año.
Precisamente, esta fijación de carbono y su almacenamiento en las masas
forestales y en los productos obtenidos a partir de bosque se garantizan
mediante la forestación y la gestión forestal sostenible.
La Rioja posee un gran potencial como territorio mitigador de CO2.
No en vano, nuestra región cuenta con algo más de 300.000 hectáreas de
superficie forestal, el 60% de todo su territorio. Más de la mitad de esta
superficie forestal, unas 170.000 hectáreas, son arboladas. En otras
palabras, una de cada tres hectáreas de suelo riojano está cubierta de bosques.